This script was writen by a group of us for a video context in preparation to the Rio+20 conference.
by Anjali Appadurai, Nimisha Bastedo, Anyuri Betegon, Graham Reeder, Nathan Thanki, Julian Velez, and Trudi Zundel.
The video can be seen here.
We are Earth in Brackets and the future we want requires radical change.
Radical: Favoring drastic political, economic, and social reforms. Radical: Challenging accepted traditional norms.
Some may write off radical thought and action as unrealistic and unattainable. As dangerous. But the word “radical,” has its origin in botany: a “radical” is the first root to begin growing from a seed. Radical is tackling the world’s social, economic and environmental problems at their roots, instead of pruning their branches with the same old tools.
Tools like assigning monetary value to nature to create new markets. Greenwashing our old inequitable, unsustainable consumption and production methods. Negotiating for twenty years without making solid commitments.
To us, that’s dangerous.
Since the first Rio conference, our problems have gotten worse. Why? Because our mainstream ideology is dominated by neoliberalism, with its rampant consumerism and boundless exploitation of people and nature.
In the future we want, empathy, respect, and integrity form the basis for global decision-making. Sustainable development becomes the priority in national policies. In this future, small-scale farmers can reclaim food sovereignty from big agribusiness. The best education and health care are given to those who need it most.
Biodiversity is protected, not privatized. All humans, not just the rich, have a right to water, to economic stability, to a clean and safe environment. All humans have a right to be heard. The list could go on all day, but it comes to this: basic rights of people and the Earth are no longer negotiable. They are not just needs, they are inherent rights that cannot be bought or sold.
Countries must fulfill their commitments to capacity building, technology transfer and finance. But that’s not enough. We also need radical changes in the way we choose to live together on this planet.
In the future we want, equity prevails: power is justly transferred from institutions to citizens, corporations to people, developed to developing countries. A shift from a human-centered worldview to one that respects all life: this is the radical change we need.
2011 was the year the bottom shook the top, the year when the radical started to become a reality. Let’s make 2012 the year the top wakes up and finally puts the integrity of humans and the planet before profits.
We are calling for ambition. Not just from governments, but from everyone who wants this future too. The future we want, the one we need, is something we’re going to keep building–and we want you to join us.
Este discurso fue escrito por un grupo de nosotros en preparación para la Conferencia Rio+20 en Brasil.
Escrito por Anjali Appadurai, Nimisha Bastedo, Anyuri Betegon, Graham Reeder, Nathan Thanki, Julian Velez, and Trudi Zundel.
Traducido por Anyuri Betegon
Mi nombre es Nimisha y el futuro que queremos requiere un cambio radical.
Radical: Favorecer drásticas reformas políticas, económicas y sociales. Radical: Desafiar las normas tradicionales aceptadas.
Algunos suelen anotar el pensamiento y la acción radical como irreal e inalcanzable. Como peligrosa. Pero la palabra radical tiene su origen en botánica: radical es la primera raíz que crece en una semilla. Radical es la lucha contra los problemas ambientales, sociales y económicos del mundo en sus raíces, en vez de podar sus ramas con las mismas herramientas desfasadas.
Herramientas como el asignamiento de un valor monetario a la naturaleza para crear nuevos mercados. Greenwashing nuestra vieja insostenible e injusta manera de consumir y producir.
Desde la primera conferencia en Río, nuestros problemas siguen empeorando ¿Por qué? Porque nuestra ideología principal está dominada por neoliberalismo, con su consumismo desenfrenado y la explotación ilimitada de la gente y la naturaleza.
En el futuro que queremos empatía, respeto e integridad forman las bases para las tomas de decisión global. El desarrollo sustentable es prioridad en las políticas nacionales.
En este futuro, campesinos pueden reclamar su soberanía alimentaria de las grandes empresas de agricultura. La mejor educación y servicio de salud es dada a aquellos que más la necesitan. La biodiversidad es protegida no privatizada. Todos los seres humanos, no sólo los ricos, tienen derecho al agua, a una estabilidad económica, a un ambiente limpio y seguro. Todos los seres humanos tienen el derecho a ser escuchados.
Esta lista podría continuar, pero se trata de lo siguiente: los derechos básicos de las personas y de la tierra no son negociables. Ellos no son sólo necesidades, son derechos inherentes que no pueden ser comprados o vendidos.
Los países deben cumplir sus compromisos de transferir nuevas tecnologías, de promover la capacidad de construcción y proveer financiamiento. Pero esto no es suficiente. Nosotros también necesitamos hacer cambios radicales en la forma en la que decidamos vivir juntos en este planeta.
En el futuro que queremos equidad prevalece: el poder es justamente transferido de instituciones a ciudadanos, de las corporaciones a las personas, de países desarrollados a países en vías de desarrollo. Un paso de un mundo centrado en lo humano a uno que respeta toda la vida: este es el cambio radical que queremos.
El 2011 fue el año en que las bases sacudieron la cúspide. El año en que lo radical empezó a ser realidad. Hagamos del 2012 el año en el que la cúspide se levanta y por fin pone la integridad de la gente y del planeta antes de las ganancias.
Estamos haciendo un llamado de ambición. No sólo por parte de los gobiernos, pero también de todos aquellos que también desean este futuro. El futuro que queremos, el que necesitamos, es algo que vamos a seguir construyendo y queremos que te nos unas.