Tendemos a adherir la palabra “Verde” al nombre de productos para caracterizarlos como(de) “Ecológicos” o más amigables con el medio ambiente, y promoverlos como tales. Esta verdad aplica también a la Economía Verde.
La idea de una “Economía Verde” fue creada como respuesta a la crisis ambiental que muchas personas e instituciones alrededor del mundo aún se reúsan reconocer. Corresponde a una “triple línea de fondo” que incluye aspectos sociales, económicos, y ambientales. Estos tres temas se consideran la base de cualquier esfuerzo que tiene la sostenibilidad como meta. Debido a que “Economía Verde” es un término muy vago (ambas palabras tienen significados múltiples dependiendo del contexto), deduje que debe estar relacionado con términos como Tecnología Verde. Por lo tanto ¿es la Economía Verde una economía más amigable con el medio ambiente?
La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (creada en 1992) tendrá en lugar de su vigésima reunión, una reunión intergubernamental llamada Río+20, donde la Economía Verde es uno de los dos temas principales a discutir. Cada país miembro de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y cinco grupos políticos, entre otras entidades, presentaron sus declaraciones sobre su posición respecto a la Economía Verde.
¿Qué piensan los gobiernos de nuestros países sobre la Economía Verde? ¿Están de acuerdo entre si?
Hay muchas definiciones distintas sobre la Economía Verde, y no entendía realmente como se relacionaban conmigo, ni con el desarrollo sostenible, así que decidí comenzar con algo familiar. Entonces leí lo que el gobierno de Guatemala, mi gobierno, propone para la Conferencia Sobre el Desarrollo Sostenible (CDS), y me quedé satisfecho con su interpretación de la idea:
“Economía que busca generar procesos de producción y consumo sostenibles (transformación de métodos de producción y los patrones de consumo) mediante actividades que utilizan los recursos renovables a una tasa menor que su velocidad de regeneración, compensado la pérdida de recursos no renovables con sustitutos renovables, limitando la contaminación dentro de la resiliencia natural, donde hay compromisos eficientes por mantener la estabilidad y mejora de los sistemas ambientales (ecosistemas), favoreciendo la justicia social intra e intergeneracional.”
El gobierno chapín (o “Guatemalteco”, si no sos de Guate) también declara que existe una diferencia entre el ideal de una Economía Verde, y el proceso de “enverdecer” la economía – un punto que es importante resaltar porque clarifica el asunto, y distingue el proceso de los resultados.
Intentando recabar más información, fui a buscar la posición de un país que me acogió por algunos años, y compartió algunos de sus secretos conmigo: la India. Es uno de los países “en vías de desarrollo” del que considero entender algo más allá de las fotos del National Geographic. Pongo la frase “en vías de desarrollo” entre comillas, porque de veras no me gusta el estándar de vida que perpetuamos al utilizar los adjetivos “desarrollado” y “en vías de desarrollo” para caracterizar a distintos países: hacen que la idea del “desarrollo sostenible” sea un oxímoron. Quería ver cuáles son las perspectivas del gobierno Indio sobre la Economía Verde, y sentí que algo se dividía dentro de mi mente cuando leí su definición:
“La economía verde es un concepto dinámico que infunde cada acción tomada hacia erradicar la pobreza con sostenibilidad, enverdeciendo así la economía mientras nos desarrollamos económicamente, socialmente, y ambientalmente”
…
[El proceso de la Economía Verde] está relacionado directamente con las prioridades predominantes para los países en desarrollo como erradicación de pobreza, seguridad alimentaria, acceso universal a servicios energéticos modernos, salud pública, desarrollo de recursos humanos y generación de empleos. Como tal, la Economía Verde debería ser visto como uno de los medios para lograr estas prioridades predominantes y fundamentales, y no como un fin en sí mismo.
Esta definición tiene un enfoque casi completo en la erradicación de la pobreza (un problema que afecta a una porción considerable de nuestra raza. Curiosamente, éste es un problema que afecta sólo a los humanos y no al resto de las formas de vida en el planeta). El gobierno Indio también expresa preocupación por otros problemas que son productos de desigualdades estructurales, y simplemente hacen una mención superficial sobre sostenibilidad. La posición de la India en relación a la Economía Verde está intentando responder a los problemas de desigualdad estructural en sistemas humanos, sin tener en cuenta sus consecuencias en el resto de la biósfera.
Después, para buscar una tercera perspectiva que sabía que diferiría más con estas dos de lo que India y Guatemala difieren entre sí, fui al país que después de algunas molestias me dio la bienvenida a su extenso territorio: los Estados Unidos.
Tristemente, los sucesores del Tío Abe decidieron no definir con claridad lo que ellos conciben com la Economía Verde. En su lugar, proceden a dar un bosquejo de los procesos que consideran demandan este enfoque, como la Urbanización.
Este es el primer párrafo del texto de posición que Estados Unidos presentó a la CDS en donde se menciona la Economía Verde:
La Administración Obama a colocado una base fuerte y una trayectoria para aumentar la sustentabilidad y para construir una economía verde en casa y en el extranjero. Nuestra Política de Desarrollo Global reconoce que el desarrollo sostenible ofrece una promesa de crecimiento a largo plazo, inclusivo y duradero que se construya sobre responsabilidad, efectividad, eficiencia, coordinación, e innovación. Río+20 debería buscar hacer que los gobiernos alrededor del mundo sean más transparentes y accesibles para interesar a los ciudadanos y ciudadanas, y construir nuevas redes a través de todos los sectores de nuestras sociedades. El rol de las mujeres y la juventud también es fundamental para asegurar un desarrollo sostenible.
Estados Unidos no necesita definir “la Economía Verde” en sí, porque puede valerse de la definición convencional e intuitiva de la que hablé al principio. Y, con esa definición en mente (una economía más amigable con el medio ambiente), todo lo que Estados Unidos describe en su texto, ¡tiene sentido! Desde mejorar el Medio Ambiente Natural, Institucional y Construido, las soluciones de Estados Unidos suenan geniales.
Sin embargo, lo que en realidad reventó la burbuja para mí, fue considerar las dos definiciones anteriores que había leído, y recordar de dónde vienen los enfoques de Guatemala y de India: una relación desigual de poder con los países como los Estados Unidos, un contexto de desigualdad estructural, y poder político considerablemente menor que el de los países “desarrollados”.
El sociólogo venezolano Edgardo Lander señala en su ensayo: La Economía Verde: el lobo se viste con piel de cordero.
“Correspondiendo a la lógica “light” que caracteriza a la mayor parte de los documentos de este tipo, en este informe se obvian por completo todos los asuntos más polémicos creando así una ficción de un mundo que no opera en base a intereses, sino sobre la posibilidad de construcción de consensos que beneficien a todos.”
Lander se refiere al documento Hacia una economía Verde, presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), pero su argumento puede extenderse a otros documentos de la ONU.
Todavía no tenemos soluciones para estas desigualdades tanto económicas como de poder. Sin embargo, intentar implementar una nueva economía de cualquier color (como la Economía Azul que propone Australia que toma más en cuenta los océanos) será difícil si estas economías intentan solucionar problemas que son producto de procesos que no han sido reconocidos y considerados. Éste será uno de nuestros mayores desafíos en Río+20.